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El Entre Ríos dialogó con el Padre Néstor Toler, párroco de Santos Justo y Pastor, para conocer en qué ayudar y de qué forma a los más necesitados, pensando especialmente por estos días en los evacuados por las inundaciones. Durante la charla, el sacerdote se refirió a la obra del hogar de ancianos, tuvo una mirada crítica hacia la dirigencia política y manifestó su preocupación por el narcotráfico.

-Si bien Dios valora la intención de quien ayuda, se me ocurre que no todas las formas de brindarla son igual de efectivas. Frente a este planteo, la Iglesia Católica y particularmente Cáritas, quizás nos puedan ayudar con su experiencia.

-La clave que más nos ayuda a nosotros es que no negociamos la espiritualidad; es el centro. Eso nos llevó a ser muy creativos, como es Dios, en las maneras que contagiamos el tema de la colaboración, y que en todas las propuestas que hicimos, más allá de la obra material, participe de la obra espiritual. Eso ha dado efectividad y nos ha abierto a la sorpresa de cosas inesperadas, como hacer pesebres en siete esquinas de la ciudad –algo que surgió de la oración- con gente cantando, rezando, con música, y hacer una colecta con cajas en los semáforos y al momento de recaudar teníamos 100 mil pesos.

La semana que viene nos volveremos a reunir con la comunidad para que vengan quienes tengan propuestas. No es que tengan que llevarlas a cabo, pero la comunidad y la ciudad son protagonistas. De una de estas reuniones surgió lo del Rosario Solidario, que está juntando por mes 19 mil pesos; y eso que recién está comenzando. Lo esencial es no perder el espíritu, quien se une a este rosario está participando espiritualmente.

-¿Cómo es el sistema del Rosario Solidario?

-En lugar de cobrar cuotas, mensualmente se te da una perlita del rosario, la primera va con la cruz, la piolita y una perlita. Uno aporta lo que quiere. Hay personas que dicen que no rezan el rosario ni lo van a hacer, pero quieren colaborar. Esa persona, sin darse cuenta, está abriendo su corazón a la misericordia; por ahí pasa el milagro.

Después, las obras de Dios se hacen en silencio. Justamente el Evangelio de hoy (por ayer) dice: "Que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha". Lo expresamos para contagiar y que la gente vea que se está haciendo la obra, pero no se sabe quiénes las llevan a cabo. Hay que dejar que Dios sea Dios en el antes, el durante y el después; es su obra. El bien es efusivo de sí, dicen; se difunde por su propia fuerza, como también pasa con el mal.

En la obra del hogar de ancianos hay políticos que han colaborado, pero les pedimos que sea de esta manera. Que su aporte sea anónimo, sin fotos, publicidad, ni gestión. No podemos usar a los abuelitos políticamente; tenemos que salir de esa politiquería barata y antigua de usar al otro para hacer campaña. Si uno hace el bien, el otro se contagia y te vota. Esta obra lleva un año y medio, se sostuvo en el tiempo con una inversión que nos ha superado totalmente y no fue una empresa, sino casi toda la comunidad humilde y sencilla. Creo que esto fue como si Dios le regalara a Colón una modalidad nueva de hacer política y gestionar las cosas.

-El tema es que cuando uno pide colaboración para algo, está haciendo pública esa ayuda y después se siente casi obligado a decir qué hizo con lo donado, porque el otro tiene derecho a desconfiar si llegó a destino ¿Cómo hacer para que esto no se convierta en una publicidad?

-La clave es pensar qué es lo que pretendés vos con eso que estás haciendo. Si usas al otro o realmente te preocupa el hermano. En este caso, nosotros lo estamos haciendo como respuesta a alguien que nos ama infinitamente, que es Dios. Si uno no se ubica en el lugar que le corresponde, está buscando su gloria. La publicidad puede estar o no; el tema es si te roba el corazón. Si vivís para la publicidad, te volviste esclavo.

-¿En la obra del hogar de los abuelos hubo gente que intentó hacer un mal manejo de la solidaridad del otro?

-En algún momento sí, pero lo cuidamos. De hecho renunciamos a alguna donación que ante la necesidad económica era tentadora, pero nos dimos cuenta porque uno reza y el Espíritu Santo te hace ver dónde está el espíritu de las tinieblas. Tal vez el otro ni se da cuenta, no es que siempre tenga mala intención.

-¿Qué es lo que se hizo hasta ahora y qué es lo que falta en el hogar?

-Se hicieron los baños completos y el techo completo, que eran las partes más caras. Se hizo todo el sector de las mujeres, el office de las enfermeras, la parte donde va la medicación y las historias clínicas; esa parte quedó terminada y equipada. También la galería del pasillo de las abuelitas, con ventilador, calefacción, el cortinado. Y se hizo el acceso al hogar, con el planteo de que comiencen a tener más privacidad, porque ahí entran y salen cuando quieren y los abuelos merecen respeto, así que esto se irá exigiendo al personal.

Ahora nos quedan siete piezas de los varones y el comedor que lo vamos a ampliar para que puedan comer juntos hombres y mujeres. Es el desafío que viene ahora y ya lo relanzamos. Partimos de fojas cero, porque estamos en rojo; creo que tenemos 15 mil pesos en el haber.

-¿Cómo se puede colaborar?

-Como hasta ahora, comprando materiales en un corralón y trayéndonos la factura. También vamos a llevar carpetas para presentar en las empresas, y acercando donaciones a la parroquia. Las instituciones intermedias están colaborando de manera anónima pero efectiva y se sienten protagonistas, es lo que anhelan para Colón, que empecemos de una vez a trabajar todos juntos tirando para el mismo lado, sin marcar divisiones, sin usarnos ni jugando por detrás, sino poniendo el corazón. Hay mucha gente que quiere ponerle el corazón a este cambio.

-En el caso de los inundados, ¿cómo podemos ayudar?

-Lo urgente son los alimentos, elementos de limpieza, ropa de abrigo, frazadas, colchones, pañales, lavandina, agua potable. Ahora la inundación parece algo del pasado, pero para quien le tocó, todavía el río no baja y luego viene la limpieza, porque el río vino mucho más sucio.

-¿Conviene llevar las cosas directamente a los centros de evacuados?

-En los centros de evacuados hay poca gente y están bien atendidos, aunque tal vez necesiten algo puntual como lavandina para el regreso a casa.

Creo que lo que se está haciendo bien es descubrir dónde se autoevacuaron e ir a visitarlos, porque a lo mejor están en la casa de un familiar pero la están pasando mal. Cáritas ha hecho un trabajo silencioso, pero formidable; han sido contundentes, trabajando hasta los domingos. Se abrió Cáritas todos los días, desde las 14, recibiendo y dando. En la inundación anterior pasó que algunas veces por querer gestionar tanto y con tantos prejuicios con el otro, quedaron las cosas guardadas, y creo que las cosas si las donaste ya no son tuyas, sino del que las necesita. Cáritas tiene muy claro esto.

Después hay que volver a lo mismo: con la inundación el río Uruguay nos está clamando y volvemos a callarlo. De la inundación anterior hasta esta no se hizo nada; los que siguen pagando las consecuencias son los mismos, y es triste. Si te pasara a vos, no lo harías de esta manera. Creo que nos falta corazón. Tenemos que ser más maduros.

En el Tiro Sur, rellenando con un metro más de tierra en calle Evita y poniendo una compuerta chiquita que la puedo hacer hasta yo, se evitaría que 12 o 15 familias se inunden ¿Por qué no se hace? ¿Por qué tanta malicia? ¿Por qué tantos intereses? Al contrario, quedaría la municipalidad con un nivel que diríamos "qué hermoso nuestro municipio". Hay ingenieros que colaborarían. Yo estuve ahí el otro día en el medio del agua. Estas cosas necesitan acciones contundentes.

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-¿Cómo ves la política social del gobierno nacional en este año y medio que lleva de gestión?

-Me preocupa más la política provincial. Nuestra provincia todavía no toma el rumbo. Me preocupa el narcotráfico y la connivencia del narcotráfico en la provincia. Entre Ríos tiene riquezas de todo tipo y está muy pobre. Hay políticos que tienen que pedirle perdón a su pueblo. Concordia ha tenido los gobernadores de la provincia; desde que comenzó la democracia, casi todos, y es la segunda ciudad más pobre del país. Esto lo digo casi llorando porque se usó y se usa a los pobres, son parte del sistema de corrupción. Eso nos tiene estancados. Muchos de nuestros pobres ya están en la droga, son parte del sistema del narcotráfico, de la compra, de la venta, del consumo, del mercado de la droga que ya está instalado y encubierto. Tenemos muchos políticos que son parte del problema y no de la solución, que es peor.

Con poquito, Entre Ríos tiene trabajo para todos, porque conozco la provincia. Obvio que faltan fuentes laborales, pero me parece que nos obnubilamos con el turismo, que es una fuente laboral pero no es la única, y lo otro no se defiende.

Creo que tiene que venir una nueva generación de políticos con esta mirada, como a mí me pasa como cura, que somos una nueva generación.

-¿Ves políticos que te generen esperanza, tanto a nivel local, como provincial y nacional?

-Yo creo que sí, que se viene una nueva generación, que quizá no están desde el resentimiento del proceso militar. Yo no tengo ese odio, no crecí con esa bronca, aunque me la quisieron meter. Que si sos de derecha o de izquierda. . . Yo peleo por el bien común, más allá de que podemos tener ideas diferentes, pero no por eso debemos matarnos ni usarnos.

Creo que el cambio es lento, pero se está gestando. Hay gente que está comprometida, y hay ciudades donde se percibe que hay políticos peleando por el bien de todos; eso me da esperanza. De hecho, no me da el tiempo, pero propuse hacer un encuentro de intendentes con esta mirada política y social nueva, generándoles un espacio de búsqueda diferente, que se encuentren para dialogar desde otro lugar, no desde el partidismo ni desde el voto, sino desde los valores y desde otro proyecto. Entre Ríos tiene que plantearse seriamente el tema del cuidado de la ecología. Nacimos en el acuífero guaraní, pero en nada lo estamos cuidando. Los niños me parece que vienen creciendo con una nueva mirada.
Fuente: El Entre Ríos (Edición impresa)

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