Previo al inicio de la ceremonia, el Padre Toler habló con los medios presentes:
Todo comenzó a partir de la necesidad de la gente que venía a la parroquia pidiéndonos un lugarcito para pasar la noche. Pudimos construir este lugar hecho por la comunidad, con el aporte de los vecinos y los hermanos; un lugar realmente maravilloso, dijo.
Como edificio es muy simple. Son dos habitaciones, un lugar para almorzar o cenar y los baños. Además de tener un lugar donde bañarse y comer, hay un grupo de personas que los recibe y con quienes pueden charlar. Hay gente en situación de calle que ha perdido la dignidad y aquí se los cobija. Como dice el Papa Francisco: Si no lo miras a los ojos, si no le das un abrazo, si no lo escuchaste, en realidad te lo sacaste de encima.
El Padre Néstor aclara además que trabajamos en conjunto con la Policía; los que pasen la noche acá deberán tener un permiso.
Aún sin una inauguración oficial, la necesidad hizo que el trabajo comenzara, y el padre ya reconoce sus frutos. Hace dos años que estamos recibiendo gente, y la mayoría se ha ido con trabajo, ha podido ir a alquilar y comenzar sus estudios. Esto es un signo en la ciudad de Colón de por dónde va la verdadera inclusión.
Si bien a priori las necesidades materiales del refugio están cubiertas, el sacerdote dice que quien lo desee puede aportar alimentos, pero habla sobre todo de las carencias afectivas que solo se cubren con compromiso social. A las 20 cuando cenan es un espacio muy lindo para compartir. Queremos armar una comisión de trabajo y que todas las noches pueda venir alguien de la comunidad para dormir con ellos, anuncia.
El párroco de Santos Justo y Pastor enumera las actividades de la semana en que se festeja a los Santos Patronos de la ciudad.
Para hoy (por ayer) convocamos a los candidatos a que vengan a la celebración porque el pueblo quiere rezar por ellos; les mandamos invitación personal. Luego tenemos una charla con unas Hermanas de Brasil sobre el compromiso social del laicado; ellas viven en las villas de Concordia.
Para mañana (por hoy) que es el día del sacerdote, convocamos después de misa a los papás para que recen por la vocación de sus hijos. Además, como está la novena de San Cayetano habrá confesiones en la capilla, comenta el Padre Néstor Toler.
El miércoles tendremos un momento de celebración con los docentes al finalizar la misa. El jueves todo el día será de adoración y confesiones, continúa.
El viernes es San Cayetano. Salimos a las 14.30 desde la parroquia en procesión hasta la capilla donde se celebrará misa. A la noche es la misa de los enfermos; invitamos a los que trabajan en salud.
El sábado invitamos a todos los niños de la ciudad a rezar el rosario por la patria, porque sabemos que el poder de la oración nos compromete. Estará presente el obispo de la Diócesis, anuncia a los periodistas.
El domingo a las 10.30 recibimos a las comunidades. Haremos procesión y misa, concluye.
Un hombre que quería un país normal
El Padre Andrés Servín se desempeñaba desde 1985 como cura de la Parroquia de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes en Concordia donde desarrolló su tarea religiosa, fundamentalmente en la zona sur de la ciudad. Fue un férreo defensor de los derechos humanos, por lo que fue perseguido durante la última dictadura cívico militar. Su misión pastoral, su humanismo y su sensibilidad social hacia los pobres, lo han transformado en un referente.
Confieso que estoy cansado, estoy harto de esta política que no da respuestas, dijo durante una entrevista periodística en noviembre de 2013. Y agregó: Mi mayor deseo es que la dignidad de la gente sea respetada, estamos en un momento de involución social donde la pobreza y la exclusión deterioran la vida de las personas. Y uno quisiera un país un poco más normal y en paz.
Podemos hacer una pequeña tarea de prevención, tratar de juntar los escombros de una persona que ha sido destruída, pero escapa totalmente de nuestras manos. Son necesarias políticas nacionales.
El Padre Andrés Servín falleció en noviembre del año pasado, a los 76 años, víctima de una insuficiencia cardíaca. Hoy, vive en el refugio que lleva su nombre en la ciudad de Colón.
