Según los dichos de la joven de 24 años, una señora de 45 años que hacía 6 meses había retirado del comercio un celular que le habían reparado, regresó diciendo que no funcionaba bien y aducía tener en vigencia una garantía. La joven le explicó que en su momento había firmado una garantía por el plazo de 30 días, los que ya habían finalizado, y que solo podía cambiarle el cargador. Acto seguido, la clienta le pidió una factura en blanco, a lo que la denunciante respondió que de ninguna manera podía dársela. Pero la mujer sin entrar en razones- tomó una del mostrador.
Esto desencadenó una fuerte discusión entre ambas, que habría pasado a mayores cuando la clienta tomó a la empleada de los pelos y la amenazó, actitud que depuso ante la presencia de un hombre que ingresó al local, retirándose con la factura que no le pertenecía.