Toman conocimiento de que personas se habrían introducido en la espesa vegetación del lugar, con la finalidad de desarrollar la actividad de caza ilegal, fundamentalmente porque dichos campos lindan con el Parque Nacional El Palmar.
Para detectarlos, se montó una vigilancia discreta en la oscuridad, hasta que la vigilia dio sus dividendos. Observaron a lo lejos que los intrusos alumbraban artificialmente la zona y pasados unos minutos- vieron salir del propio casco de una de las estancias aludidas, un vehículo que fue inmediatamente interceptado, previo encender las balizas del patrullero rural. Se trataba de un Fiat Palio dominio GYX-165, conducido por Oscar (31) domiciliado en Colón, acompañado por Ariel (41) habitante de San José; quienes al exhibir el interior del baúl dejaron al descubierto su incursión furtiva nocturna. Transportaban ocho vizcachas sin vida, las que habían ultimado con un arma de fuego. Los cazadores no habían avisado al encargado y/o dueño del establecimiento, a sabiendas que bajo ningún punto de vista se permite que nadie dentro de sus dominios elimine los animales silvestres, certificación que surgió cuando los brigadistas se pusieron en contacto con el ahora preocupado productor agrícola.
Con toda esta trama al descubierto, se les decomisa las especies salvajes por transgresión a la Ley 4841, al carecer de las licencias de caza, independientemente que tal acción está vedada en el territorio provincial, más su prohibición por realizarla fuera de la luz diurna, y sobretodo que el encargado y/o propietario nunca lo había autorizado.