Quiero aclarar que el dueño del perro no se hizo cargo de ningún medicamento, ni de la inyección antitetánica. Tengo los comprobantes de pago ante cualquier duda. Todo sigue en la Justicia.
Y no quiero dejar de decirle gracias a mi hija que me acompaña y me apoya, que con tan solo 11 años se comporta como una mujer grande: "Mamá dale, no pasa nada, el perro está lejos; dame la mano, ese es chiquito".
Vivir con este pánico es horrible, miedo a cualquier perro que se acerca. Me paralicé cuando uno se acercó y solo me olfateó, porque sentí que el mundo se me venía abajo. Sentí un fuerte dolor en el pecho, que no podía hablar, solo lloraba.
Allá arriba hay un Dios y él se encargará de juzgar a quien corresponda.
Le ruego a la población que cuidemos a nuestras mascotas, cuidemos a nuestra gente, para que no suceda algo peor.
Mil gracias a todos.
Griselda Faure