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Desde hace quince años, por iniciativa de la Sociedad Española de Acústica, el último miércoles de abril de cada año se celebra el Día Internacional de la Conciencia sobre el Ruido, como una forma de llamar la atención de los ciudadanos de todo el mundo acerca de la importancia del silencio en un mundo cada vez más agobiado por la contaminación auditiva.

La contaminación acústica es un problema que aqueja a todas las ciudades del mundo. Está comprobado que, si bien el ruido no se mantiene en el tiempo como otras fuentes de contaminación, sí puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas, sobre todo en aquellas que viven en las grandes ciudades.

El ruido se entiende como el sonido excesivo y molesto que puede dañar a corto y mediano plazo la calidad auditiva, física y mental de la persona. Si bien en ciudades como la nuestra se estima que la contaminación acústica es considerablemente menor a otras más pobladas, como el ruido es provocado por actividades humanas (tránsito vehicular, industrias, obras públicas, obras en construcción, actividades en locales de ocio, fiestas, aviones, dispositivos electrónicos en especial con el uso de audífonos, etc.) podemos asegurar que no estamos exentos. Para muestra, basta con ver la noticia relacionada donde vecinos elisenses se quejan por el ensordecedor ruido de una moto.

Cuando se sobrepasan los 125 dB(A), el ruido pasa a ser doloroso, llegando al umbral de dolor a los 140 dB(A). Aparte del ruido extremo, que puede llevar a la sordera, también los niveles de ruido menores pueden perjudicar la salud de las personas. Así por ejemplo, el ruido puede causar efectos sobre:

* El sistema cardiovascular, con alteraciones del ritmo cardíaco, riesgo coronario, hipertensión arterial y excitabilidad vascular por efectos de carácter neurovegetativo.

* Glándulas endocrinas, con alteraciones hipofisiarias y aumento de la secreción de adrenalina.

* Aparato digestivo, con incremento de enfermedad gastroduodenal por dificultar el descanso.

* Otras afecciones, por incremento de estrés, aumento de alteraciones mentales, tendencia a actitudes agresivas, dificultades de observación, concentración, rendimiento y facilitando los accidentes.

Ruidos molestos

Se llevó a cabo el primer estudio sobre el nivel de ruido y el Medio Ambiente en Argentina, realizado recientemente por GAES Centros Auditivos en CABA, GBA, Córdoba y Santa Fe. Los resultados destacan que entre la población, son más aquellos que reconocen ruidos molestos que los perturban en sus casas -61%- que en el trabajo -49%- pero casi el 90% de los consultados consideran al ruido como un problema medio ambiental.

Los jóvenes argentinos, entre 18 y 30 años, son los más sensibles al tema manifestando en un 45% de los casos que se mudarían a un lugar más silencioso, siendo en Córdoba en donde más se destaca esta tendencia en el 41% de los consultados. En Capital Federal, la mayoría de los porteños considera al ruido como un problema de contaminación ambiental -97%- y 7 de cada 10 reconoce la existencia de ruidos molestos en la casa o el barrio. El 67% colaboraría con medidas gubernamentales para reducir el impacto, sin embargo solo un 3% estaría dispuesto a dejar de usar su auto para evitar los ruidos del tránsito.

La mayoría de los argentinos, un 93%, considera que la población no está concientizada en evitar generar ruidos molestos. Según los resultados del último Estudio sobre la Audición, el 79% de los encuestados considera que vive en una población ruidosa, siendo el tráfico (57%), las obras en construcción (46%) y los ladridos de perro (37%) aquellos tres sonidos más odiados.

El ruido –entendido como un factor de estrés ambiental- puede intervenir en trastornos del sueño y del aprendizaje, la memoria, la motivación, la resolución de problemas y en el incremento de la irritabilidad y la agresividad. “Incluso cuando la persona consigue afrontar con éxito su respuesta frente a la exposición al ruido (adaptándose, vivenciándolo de forma menos negativa o generando respuestas, como protegerse activamente, luchar contra sus causas, etc.) ésta puede conllevar unos efectos secundarios que generan consecuencias negativas en la salud, interfiriendo con el bienestar del individuo”, destaca Mónica Matti, fonoaudióloga y gerente de formación de GAES Centros Auditivos.

Consejos para reducir la contaminación acústica

• Reduce el número de aparatos sonoros que funcionan al mismo tiempo e intenta tenerlos siempre en un volumen bajo.

• No uses reproductores de música durante más de una hora al día y mantén el volumen por debajo del 60%.

• Utiliza protección auditiva si trabajas con equipos ruidosos.

• Ten especial cuidado con tus oídos cuando se presenten catarros, gripes o infecciones, ya que pueden causar pérdida auditiva.

• Usa tapones y sécate los oídos después de cada baño y en la piscina, evitando la humedad en el conducto auditivo y posibles problemas.

• No introduzcas objetos en el oído, ni siquiera los bastoncillos de algodón, ya que puedes dañar la membrana, el interior o provocar tapones.

• Si detectas retrasos en el aprendizaje o en el habla de los niños/as realiza estudios para identificar posibles problemas auditivos.

• Visita a tu médico especialista cuando notes molestias en los oídos, evita automedicarte y realiza tests auditivos preventivos, sobre todo si tienes antecedentes de enfermedades degenerativas.

• Es recomendable realizar una revisión auditiva si tienes 50 años o más, ya que a esta edad se empieza a presentar la pérdida auditiva por vejez.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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