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Mi tío se arrimó a Colón, como lo hace año por medio, en lo que para mí, en el lenguaje ahora en uso, no es otra cosa que "la movida del verano".

Se encontró con lo previsto: playas más lindas que nunca, y las calles hechas un desastre. También con lo imprevisto: cual es un aumento explosivo en la oferta gastronómica, algo que habla, más que de optimismo, de una esperanza que es de desear se vea satisfecha.

Mientras que lo que no entra ni en una ni otra categoría es la cuestión de la provisión domiciliaria de agua, problema sobre el cual él había pensado que, después de dos años, la permanente preocupación municipal y su esfuerzo persistente habrían dado los resultados prometidos.

También pudo descubrir la existencia de una discusión subterránea acerca de si en las aguas ribereñas a Colón, se da la presencia de colonias de bacterias coliformes. Una discusión que le pareció sin sentido, porque no se trata aquí de una cuestión de opinión, sino de efectuar análisis y de informar sobre sus resultados.

Es que polemizar sobre el tema, es algo muy parecido a plantearse el dilema de si los coliformes del río pueden considerarse o no turistas, y en este último caso formar parte de la población estable de la ciudad.

Algo queda en claro, a mi entender, con la consulta que hice de un manual de la actividad turística. Según el que turista se considera a aquella "persona" que se traslada de su entorno habitual a otro punto?geográfico, estando ausente de su lugar de residencia habitual más de 24 horas y realizando?pernoctación?en el otro punto?geográfico. Y por ahora, que se sepa, las bacterias no han sido incluidas, por algún juez arrojado, en la categoría de "personas no humanas".

Para concluir, le tocó señalar, y así me lo dijo, que le maravilló la cantidad de embarcaciones que sus dueños utilizan para ir a bañarse en el banco de arena de la Isla San Francisco, lo que se puede observar a simple vista.

No pudo menos que preguntarse si quienes allí se instalan lo hacen para aislarse de la presencia de los bañistas o de los coliformes. Dado que si este es el caso, hasta cabría decirse que de una manera impensada la Municipalidad de Colón estaría dando pie a la discriminación entre los que van a ese banco de arena si se les viene en gana, y los que no pueden ir, aunque tengan ganas. Qué festín para Del Caño o Pitrola, esto también lo digo yo y no mi tío, si se interesaran sobre el tema, quienes podrían decir que desde el municipio se ahonda la brecha entre los que sin ser pobres tampoco son ricos, y los que sin ser ricos parecen serlo!!!
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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