Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
No se trata de efectuar un análisis acerca de si cuando se menciona a un arroyo, una cañada, o un sangrador nos estamos refiriendo a una misma cosa, más allá de los matices.

Es que según el diccionario el arroyo es?un río, aunque de pequeño y de escaso caudal y profundidad, que inclusive puede llegar a secarse. Mientras que la cañada no sería otra cosa que un arroyo de caudal temporal y ocasional debido a las lluvias, y por sangrador se entienda más o menos lo mismo, ya que mediante el mismo se "sanean" campos inundados por lluvias más o menos intensas.

¿A qué viene, sin embargo todo esto? Que el camino a Pueblo Liebig hasta "lo de Celestino" ?tal como algún añoso vecino lo ubicará al llamarlo así- a pesar de haber sido inaugurado y re-inaugurado, su pavimentación por el anterior gobernador sigue sin terminar, por cuanto no se ha pavimentado todavía el sector de una calzada sobre un curso de agua, de cuya existencia no fueron pocos los que se percataron precisamente porque el estado del camino lo volvió notorio.

Y que por nuestra parte, sea arroyuelo, cañada o sangrador no pudimos averiguar si contaba con un nombre que lo distinguiera, a pesar de no haber sido pocas las averiguaciones realizadas al respecto. Y si no tiene nombre ¿por qué no ponérselo? Ya que nos parece una incongruencia individualizarlo como "Arroyo sin nombre", como es el caso de uno que así es señalado ?con cartel y todo- en un puente que pasando Ceibas cruza la autovía.

Y si se trata de ponérselo, ¿cuál sería el nombre apropiado? Sería cuestión de hacer un concurso al respecto, abierto a todo el vecindario, aunque no puede dejar de advertirse que ya existen quienes estarían dispuestos a anotarse proponiendo que se lo bautice como Urribarri según dicen algunos, o como Pietroboni tal cual opinan otros, en referencia a los que se suponen responsables de que las cosas hayan quedado sin terminar.

Algo sobre lo que se debe machacar, sobre todo por nuestra larga experiencia acerca de obras públicas inconclusas, y que afortunadamente tenemos a mano al ex gobernador de marras y a un senador departamental que está en condiciones de empujar, dándole a esta obra trunca una obsesiva prioridad.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

Enviá tu comentario