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Nuestro penúltimo gobernador guarda silencio. Una manera de aludir al hecho de que ha asumido lo que en la jerga callejera se conoce como "perfil bajo". Existen a la vez quienes atribuyen ese comportamiento a un estado depresivo que lo aqueja, y que según algún opinólogo, de los tantos que hay, considera una manifestación de lo que él diagnostica, dando muestras de una falsa erudición, como un "síndrome de abstinencia del poder".

De allí en más las dudas se hacen presentes. Ya que el silencio de Urribarri no significa que el mismo permanezca inactivo, sino tan solo es una muestra de la notoria, y por lo demás explicable, caída en la publicidad de su actividad.

Y en lo que se refiere a ese pretendido síndrome de abstinencia en el poder, de existir el mismo y a la vez de considerarlo al exgobernador por el mismo afectado, colocándonos nosotros en el mismo papel de atrevidos opinólogos, tendríamos que señalar que no existe síndrome por abstinencia de poder, sino el hecho de no poder exhibirlo en forma pública. Ya que todavía se hace evidente que subsiste –aunque en apariencia un poco más flojo- el "doble cerrojo" con el que se mantendría "corto" al actual gobernador con dos Urribarri a su alrededor midiendo atentamente sus pasos, o sea Urribarri padre desde la presidencia de la Cámara de Diputados de la provincia y Urribarri hijo como Ministro de Gobierno.

Ello no quita que él no pueda mostrarse inquieto atento al hecho de que han comenzado a desfilar por los tribunales íntimos amigos suyo del período anterior, si es que admitimos por ciertos los reparos que nos ha hecho llegar un lector en el sentido que modosamente hablamos de "la administración anterior" cuando deberíamos aludir a la presencia abortada de "un régimen", y que en algún momento haya quien pueda llegar a prestar atención a su figura.

Pero que ello pueda llegar a ocurrir, no es lo mismo que dar rienda suelta a un vaticinio apresurado de que ello en realidad suceda. Como el que interpretamos –aunque es solo nuestra opinión- se hace presente en una nota aparecida en el portal Página Judicial, donde se señala que en la sentencia con la que se dio término a la causa abierta por la llamada "tragedia del Once"-en alusión al accidente ferroviario en el que murieron más de un medio centenar de personas, producido en aquella estación- se pidió investigar si hubo delitos al otorgar la concesión a las empresas Trenes de Buenos Aires (TBA) y Cometrans –de la familia Cirigliano– de los servicios ferroviarios conocidos como "El Gran Capitán" y el "Tren de los Pueblos Libres". A lo que, según esa misma fuente, habría seguido el pedido de un fiscal para que se abriera una investigación

Es por eso que en la misma nota se conjetura que "en la mira quedó el ex ministro Julio De Vido, pero la investigación podría extenderse a Urribarri y a Carlos Molina, que fuera coordinador de la Unidad Ejecutora Ferroviaria de Entre Ríos (UEFER), el organismo creado durante la primera gestión para reactivar el transporte ferroviario de pasajeros y de carga en la provincia.

En esa nota se prosigue señalando que el fiscal consideró que existen "elementos suficientes para sospechar que en el marco de tales concesiones se cometieron distintas irregularidades que ameritaban el inicio de una investigación al respecto". Es que TBA se hizo de la concesión de "El Gran Capitán" y el "Tren de los Pueblos Libres" a pesar de que prestaban un servicio deficiente y, en lugar de rescindir el contrato por los reiterados incumplimientos constatados por el organismo interno de control, "la autoridad oficial no habría adoptado las medidas pertinentes y permitió al consorcio empresario ampliar sus negocios".

Por nuestra parte consideramos que antes de quedar entretenidos haciendo conjeturas vinculadas con los posibles resultados de la investigación referida, más importante sería conocer cuanto nos costó a los entrerrianos la "fantasía ferroviaria" de Urribarri. Al referirnos a la cual, no podemos ignorar que creemos que en su caso parte del nostálgico recuerdo de un padre que fuera un meritorio ferroviario, y al entorno que viviera en su niñez, cuando la vida cotidiana en las pequeñas poblaciones rurales de nuestra provincia y de tantas otras -las históricas "estaciones"- giraba en gran medida en torno al tren. Una arraigada manera de ver las cosas, que más que una actitud era un auténtico sentimiento, compartido por todos los que vivían allí "cuando el tren dejo de pasar" y quedó registrado en la memoria de quienes nacieron después allí y no lo conocieron.

Pero eso no quita que tanto "el tren de los pueblos libres" y otros servicios de los que fueron habituales oír hablar al gobierno provincial en ese tiempo, no fueran sino una parte fantasiosa del "relato". Un relato que, más allá de algunas obras tangibles y hasta concluidas -porque fueron muchas las que ni siquiera se iniciaron o quedaron inconclusas- no fue otra cosa que una costosa puesta en escena teatral. O "la fiesta", a la que ahora estamos pagando, a un precio que no es precisamente barato.

Y si mencionamos eso de la puesta en escena, es porqué en la nota a la que nos estamos refiriendo, más allá de que el gobierno jugó con el cariño de los entrerrianos por un tren al que asociaban con tiempos más apacibles, se trae a nuestro presente el recuerdo de ese 29 de agosto de 2011 que nos parece tan lejano, cuando Cristina y Sergio "llegaron a Estación Ayuí a las 17.14 y luego de saludar al público presente subieron al tren de la empresa Cometrans" Y que "la formación que fuera protagonista de la jornada estaba compuesta por cuatro vagones pintados de celeste y blanco, ploteados por fuera con distintas imágenes del carnaval entrerriano y el puerto de Montevideo. Del otro lado los esperaba el mandatario uruguayo, Pepe Mujica.

Sin embargo, la euforia se apagó en poco tiempo."

De esa manera se asistió a lo que no fue otra cosa que una escena de una obra de teatro ya que, como también recuerda la nota. "el tren hizo solo cinco viajes, debió sortear problemas en las vías y falta de demanda, hasta que el servicio finalmente quedó interrumpido cuando el Gobierno le rescindió el contrato de concesión a TBA, a raíz de la tragedia ocurrida en la estación de Once."
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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