Es que a mitad de semana se ha visto a personal de la empresa que dejó en su momento a la obra inconclusa, efectuar tareas preparatorias encaminadas a ese cometido.
Existen quienes afirman que el senador Pablo Canali tiene algo que ver con la buena nueva. Algo que de ser así debe agradecérsele, sin olvidar que, hasta cierto punto al menos, estaba en falta, por no haber reclamado con insistencia de Sergio Urribarri que no dejara la obra inaugurada sin concluir.
Quedan por ver dos cosas. La primera si habrá un acto reinaugural cuando los trabajos culminen. La segunda es si se bautizará o no a la calzada de la historia, como forma que no termine pasando desapercibida. A lo que habría que añadir una pregunta: ¿se hará presente al momento de la conclusión de los trabajos Urribarri para ponerle su nombre a la calzada?