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Hemos hecho una referencia reiterada desde estas columnas, en los tiempos en que Mar del Plata era la atracción turística nacional, a la reflexión de un periodista quien sostenía que el sueño de todo porteño era ir de vacaciones a esa ciudad. A "vacacionar", como se dice en una horrenda conversión de un sustantivo en verbo, destrozo al que se somete en la actualidad a nuestra lengua no solo en el caso de este ejemplo.

Pero el sueño no era solo ir de vacaciones, sino llegar con todo el grupo familiar, corriendo, la mismísima noche del día en que se llegaba, al Casino para salir, después de haber apostado y ganado (en la tercera rueda), con un montón de plata suficiente para pagar íntegramente todos los gastos a efectuar en la ciudad, y retornar, descansado, con todo el dinero que se había llegado y algo más. En suma, demostrar que había sido tocado por una estrella que le concedió el disfrute gratis y con yapa, algo que para un porteño con sus chiquilines encerrados y sin poder tomar sol a lo largo del año, era y sigue siendo algo esencial.

Ignoramos la curiosa asociación de ideas que nos llevó a recordar lo anterior, en el momento justo en que nos proponíamos hablar de un meneado proyecto que tiene por objeto la provincialización de la mitad propiedad del estado nacional – o lo que es lo mismo "la parte argentina" que de esa manera pasaría a ser " entrerriana"- del complejo hidroeléctrico que luego de décadas y décadas de hablar de él, se materializó en Salto Grande, y que, por lo que se ve, será motivo para seguir hablando de él por varias décadas más.

Hasta se podría señalar que la asociación efectuada es equivocada, ya que la bandera que ahora enarbolamos, puede en estos confusos tiempos que corren, verse como una manifestación de redentismo que si bien no tiene que ver con lo sucedido con "la recuperación de nuestras Islas Lechiguanas", guarda un lejanísimo parecido con un similar ibérico, que nos llevaría a afirmar que Salto Grande es nuestra pequeñísima, pero no por ello menos preciosa, Cataluña.

Es que cabría que alguien agregara con una imprecisa cantidad de sorna, que es bueno que nuestros legisladores encuentren de vez en cuando una ocasión para abrazarse conmovidos hasta las lágrimas, luego de haber cantado el himno de pie y entusiásticamente enfervorizados - tal como ocurrió en la lejana situación vivida por la recuperación de las islas lechiguanas- ya que las declaraciones de interés provincial de un acontecimiento cualquiera, no da para tanto, independientemente de que sea un trámite que se vuelve tedioso por lo repetido.

Ya no recordamos siquiera –algo que seguramente sus actuales propulsores han de tener casi por imperdonable- quién fue el primero que lanzó la idea de la provincialización de la represa, y todas las idas y vueltas que ella tuvo hasta llegar hasta aquí, pero lo cierto es que ella brilló como una fugaz luz de artificio durante esta campaña electoral, la que seguramente terminará sin que nadie haya del todo percibido que alguna vez comenzó. La idea aparentemente fue desinflada luego que el ministro nacional Frigerio, corrigiendo a medias la posición de rechazo a una iniciativa de este tipo que había sostenido el jefe de gabinete Marcos Peña en ocasión de la última de sus obligadas visitas al Congreso. "Se trata de una posibilidad a considerar", manifestó aquel ministro en una de sus visitas a Concordia, con lo que no dijo nada, aunque existen quienes afirman que es una manera evasivamente elegante de decirlo todo.

Pero mientras tanto, nuestro gobernador Bordet, en lo que cabe considerar como el punto culminante de esta, que seguramente no será la última arremetida en la materia, y luego de escucharse previamente un sinnúmero de voces concordantes, fue quien puso los puntos sobre las íes al manifestar que hay provincias que tienen regalías mineras, por hidrocarburos, por petróleo o por el fondo del tabaco y nosotros que generamos y producimos la energía no tenemos absolutamente nada, ni siquiera los excedentes. Agregando que "respeto las posiciones que tendrá el Gobierno central, pero nosotros tenemos una posición muy clara, nos asiste la razón. En este último año lo que hemos recibido de regalías son nada más que 60 millones de pesos, cuando la represa ha generado miles de millones".

En contraste con esa postura así fundamentada, la Delegación Argentina ante la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande había dado a conocer un comunicado en el que fijaba la suya. Es así, como de su contenido se desprendería que, en primer lugar, la Provincia de Entre Ríos al igual que la de Corrientes recibe una compensación mensual, "regalía", equivalente al 12% del precio de la energía generada. El 70 por ciento va para Entre Ríos y el 30 por ciento para Corrientes.

A la vez se agrega que sólo en lo que va del año 2017 Salto Grande ha proporcionado en concepto de regalías generadas hasta el mes de agosto 91 millones de pesos; 63 millones para Entre Ríos y 28 millones para Corrientes. El acumulado de esta compensación que reciben ambas provincias desde 2003 a la fecha, llega a la cifra de 766 millones de pesos, lo que expresado en dólares (tipo de cambio cierre de cada mes generado) equivale a la suma de 143 millones, correspondiéndole más de 100 millones de dólares a la provincia de Entre Ríos y más de 43 millones de dólares para Corrientes.

Reafirma esa Delegación lo hasta allí afirmado, señalando que en cuanto a los excedentes, por la Ley Nº 24.954 las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, reciben los llamados excedentes por los que el resultado económico de la producción de Salto Grande, deducidos los gastos de operación y mantenimiento, regalías y costos administrativos, es distribuido entre las mencionadas provincias: Misiones (5 por ciento), Corrientes (27,5 por ciento) y Entre Ríos (67,5 por ciento). Lo percibido por Entre Ríos es administrado por la CAFESG. Se recalca que en los últimos 10 años se produjeron excedentes por 400 millones de dólares en total, correspondiéndole a la CAFESG 300 millones de dólares. En lo que va del año 2017 se generaron excedentes por más de 104 millones de pesos.

Y como para dejar en claro que no se trata de palabras y cifras desparramadas al voleo concluye la Delegación aclarando que la información vertida en este documento es información pública a la que pueden acceder los interesados en profundizar y conocer todos los recursos que provee la Represa de Salto Grande a las arcas del estado provincial.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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