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Cecilia Lemos y Paula Soifer son miembros de Arbolar Espacio Vivo, un círculo basado en la educación libre que este mes obtuvo su personería jurídica, convirtiéndose así formalmente en una fundación que tiene como objetivo el desarrollo del ser humano en conciencia con la naturaleza.

"El grupo nació hace varios años a través de la iniciativa de padres con niños pequeños que buscábamos acompañar su crecimiento desde un lugar de respeto, armonía y libertad. Veíamos que no había ese tipo de espacios en Colón. Sentíamos que la escuela como organismo formal no acompañaba desde las nuevas pedagogías alternativas más libres que se estaban desarrollando en otros países e incluso en otros lugares de la Argentina que son menos directivas, más artísticas, que ven a los seres como un todo desde lo intelectual, lo emocional, lo físico y lo espiritual. A veces los espacios destinados a la formación de niños están más preocupados por proporcionar una formación intelectual y no tan atentos a los vínculos o a la forma en que se relacionan entre ellos y con sus familias, sino que está todo muy fragmentado. El niño, va a la escuela, luego a danza, no como algo integral y armónico", comienzan diciendo las entrevistadas a El Entre Ríos.

Paula comenta que es docente en una escuela pública. "Allí disfruto algunas cosas, pero me faltan otras. Son diferentes los vínculos que se generan dentro de una estructura verticalista, que en una que busca otras formas de relación".

Cecilia, como una de las precursoras del grupo, explica que "en un comienzo nos reuníamos en el Centro Cultural Cómplices de Algo. Una vez que se consolidó, convocaron a otras personas, como una docente afín a este proyecto, y así fue que ingresa Paula".

Respecto a la elección del nombre, "fuimos tirando ideas y conceptos de lo que sentíamos que era el proyecto, y nos dimos que la imagen del árbol nos representaba. Cuando vemos el árbol completo, las raíces que van por abajo son muy similares a las ramas que van por arriba, se nutre de la tierra, está en contacto con el agua para obtener sus nutrientes, va creciendo y da frutos, los que a su vez contiene la semilla que va a generar un nuevo árbol. O sea sentíamos que en el proceso completo de un árbol están nuestros fundamentos: estar en contacto con la naturaleza, entender los ciclos, comprender los procesos naturales", dicen.

Arbolar Espacio Vivo, "nació para acompañar a los niños, pero en ese tránsito de brindarles un espacio de armonía nos dimos cuenta que los adultos también teníamos que hacer un proceso para poder darles esa calidad de vida. Entonces se transformó además en un espacio de encuentro para adultos. Se dan talleres para conectarse con uno mismo y con la naturaleza, aprendiendo nuevas formas pedagógicas y obteniendo bienestar desde una salud y una alimentación más natural. Cosas que vamos sintiendo que necesitamos como herramientas para estar más en eje nosotros y brindarles a ellos un espacio más armónico".

Sobre los límites con los que acompañan el crecimiento de los niños, Cecilia y Paula indican que "hay algunos que pueden ser conversados con los niños porque se pueden modificar si hay consenso, mientras que otros por su edad no son conversables como no maltratar la naturaleza, no pegar, no insultar; forman parte de acuerdos entre adultos que a ellos les llegan como límites".

Pero no hay directivas que cumplir. "Estamos de acuerdo con cualquier manifestación que tenga que ver con ser cada vez más libres, lo que tiene que ver con ser cada vez más responsables. En lo cotidiano, tomar la responsabilidad de lo que decidimos en lo cotidiano. No tenemos reglas; cualquier persona se puede incorporar al grupo. Venimos de diferentes lados, con diversas formaciones e ideologías, y eso nos parece enriquecedor", concluyen al respecto.

El espacio para los niños de 2 a 8 años funciona en Noailles 880, de lunes a jueves de 15 a 18, en forma totalmente gratuita. "Es un espacio pedagógico, similar a un jardín de infantes. Tienen espacios de biblioteca, arte, música, la cocina y un lugar afuera. Es no directivo, pueden desarrollar la actividad que quieran, solos o en grupos. Nosotros acompañamos marcando los límites y recordándoles los acuerdos, tratando de que vayan logrando autonomía dentro de lo que ellos pueden, no pretendiendo que se comporten como adultos pero sin resolverles acciones que pueden hacer por sí mismos".

Si bien la mayoría de los chicos que concurren son hijos de quienes integran la fundación, está abierto a familias cuyos padres no participan de la organización. "Pedimos que al menos vengan dos veces por semana para que los niños creen un vínculo y se apropien del espacio". Los jueves suelen hacer alguna actividad afuera. "En verano vamos a las termas; cuando hace más frío vamos a andar a caballo, al museo, al Palacio San José, hacemos bicicleteadas o barrileteadas. También visitamos personas que tengan algún oficio".

"Los docentes o familias que quieran saber cómo funciona una escuela libre pueden venir a observar, porque la idea es elegir sabiendo", anuncian.

"Los viernes tenemos nuestro momento de círculo. Nos reunimos los adultos para ver qué pasó durante la semana y pensar qué haremos en los talleres a cargo de especialistas que tratamos de hacer una vez al mes, abiertos a la comunidad". Entre ellos, alimentación saludable, construcción de filtros de agua, pedagogías libres, juegos cooperativos, bioneuroemoción y antroposofía. También hemos traído actividades artísticas como un espectáculo de teatro, cine al aire libre, documentales de educación para adultos. Estos talleres tienen un costo, del cual una parte queda para quien brinda el taller y el resto para la fundación, pero no es excluyente. Si alguien no lo puede abonar puede ofrecer algo a cambio, como realizar alguna tarea", dicen.

"Habíamos hecho un taller de carpintería. Tenemos una huerta y una compostera; los niños comen fruta y allí tiramos las cáscaras para ver el proceso de cómo vuelve a la tierra. También hicimos una fuente. Para nosotros es muy importante que estén los elementos de la naturaleza presentes. Tenemos un espacio para hacer fuego", mencionan entre otras cosas.

"El espacio funciona como una escuela. La mayoría de los niños que van a Arbolar no concurren a la escuela, sino que transitan por acá su escolaridad. Entendemos que el aprendizaje no está separado de la vida. No tenemos una currícula como hay en la escuela, pero sí hay una mirada muy atenta a sus intereses para acercarles materiales que les permitan explorar el camino de aprendizaje que cada uno esté necesitando, ya sea motriz, intelectual o artístico. No hay algo establecido. Por estar en vínculo con el mundo letrado, van alcanzando la alfabetización sin que alguien los siente a decirles esta es la A, esta es la E. De cualquier forma, algunos chicos vienen a la fundación y concurren a la escuela en contraturno, participando así de los dos espacios. Estamos de acuerdo con que cada familia elija en total libertad.

Y agregan que "acompañamos la decisión de la familia respecto a la escolaridad. Algunos luego rinden un examen libre. En Buenos Aires existe la modalidad homeschooling, sería educarse en su casa porque la responsabilidad pasa por la familia, y la constitución lo avala. Es legal decidir con libertad la educación que uno quiere darle al hijo; la familia decide si lo quiere llevar a un espacio no formal o qué actividades quiere hacer. Hay países que ya contemplan en la universidad vacantes para gente que no ha ido a la escuela porque entienden que si llega a esa instancia por decisión propia y se ha formado de otra manera, tiene otro compromiso en su educación".

Feria consciente

El domingo 15 de noviembre, de 10 a 19 se llevará a cabo en Arbolar Espacio Vivo, una Feria Consciente donde "habrá stand con gente que hace diversos productos como alimentos orgánicos, comida casera vegetariana, medicina natural, literatura relacionada a maternidad, partos respetados, ciclo femenino, homeopatía, bioneuroemoción, pedagogías diferentes, escuelas libres. También otros productos ecológicos como pañales de tela, toallitas femeninas y copas menstruales. Habrá un espacio de charlas gratuitas de alimentación, educación viva y clase abierta de Cos. Art y charla sobre Flores de Bach. Vamos a pasar una película que se llama Educación a la carta, que es un documental educación español. También habrá un espacio para los niños con juegos y arte, y un servicio de comida".

Todo con entrada libre y gratuita. Si alguien quiere tener un puesto o brindar una charla pueden comunicarse previamente para reservar su lugar.

Cómo contactarse

Arbolar Espacio Vivo está en Noailles 880 de Colón
Mail: arbolarespaciovivo@gmail.com
Facebook: Fundacion Arbolar Espacio Vivo
Teléfonos: (03447) 15 499043 / 15 530115
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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