Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
El Día del Niño, momento de regalos para chicos y chicas y seguramente muchas bocas dijeron: "quiero ese celular/tablet/computadora/ " y es probable que muchas billeteras contestaran "Bueno".

A veces es sorprendente la naturalidad con la que los bebés y menores de diferentes edades manejan los aparatos.

Un estudio reciente de la escuela de educación de la Universidad de Stirling, en Escocia, descubrió que la actitud de la familia en casa respecto a la tecnología era un factor importante en la relación del niño con ella.

"No es la tecnología la que impulsó o dominó la experiencia de los niños, sino que fueron sus deseos y la cultura de la familia lo que formó el tipo de compromiso".

Puede ser malo


El psicólogo AricSigman ha declarado con frecuencia que los niños están más expuestos que nunca a la pantalla y que este hábito debe ser cambiado, pues podría llevar a la adicción o depresión.

Sigman calcula que los pequeños que nacen ahora pasarán el equivalente a un año pegado a las pantallas antes de cumplir los siete años.
De ser cierto, poca gente podría negar que sea un dato preocupante.

Entonces, la clave podría estar en que los niños aprovechen al máximo su tiempo frente a la pantalla, descargando las mejores aplicaciones y programas que contribuyan a su aprendizaje.

Podría ser bueno


Jackie Marsh, profesora de educación de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido considera que programas de buena calidad pueden ayudar a niños con problemas de aprendizaje para desarrollar las habilidades que no tienen.

Su mensaje a los padres es que dos horas de pantalla cada día es suficiente para niños menores de seis años.

Marsh agrega que, a pesar de que hay una minoría que considera que las pantallas no son saludables, no hay evidencias que sugieran que son perjudiciales.

Es probable que, al final, sólo quieran disfrutar de la tecnología de la misma forma que lo hacemos los más grandecitos y grandecitas.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

Enviá tu comentario