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Durante 28 años (18 de ellos desde el exilio) el líder justicialista había dirigido su movimiento con mano firme, orientando acciones y designando autoridades partidarias y candidatos nacionales y provinciales -en ciertos casos también municipales-, sin dejar huecos para el debate interno.

En aquella circunstancia admitió estar “cerca del final”, registrado un año después. De ahí su necesidad de organizar institucionalmente el PJ a partir del voto del afiliado. El método ya estaba en vigencia en todos los partidos políticos, unos de manera directa, otros a través de convenciones o congresos, pero el justicialismo continuaba hasta entonces fiel a la modalidad de seguir la línea y los nombres que Perón indicaba.

La dictadura militar clausuró los partidos y por supuesto la etapa de organización política del PJ, lograda luego con la recuperación de la democracia. Su primera expresión institucional trascendente fue la interna Menem-Cafiero (1988), aunque hubo con anterioridad otras de carácter provincial.

La dulce espera
A partir de entonces en Entre Ríos la mayoría de los candidatos del peronismo fueron elegidos mediante comicios internos, como mandan el estatuto partidario y las buenas costumbres cívicas. Decimos “la mayoría” de los candidatos, no la totalidad. Hubo excepciones. Y las hay. Porque en tiempos recientes el dedo ha reaparecido. Y cada vez con más firmeza.

Cierto es que desde 2011 las elecciones internas para elegir candidatos son abiertas y esto limita la dedocracia. El aspirante se inscribe dentro de su partido y se postula para el comicio primario. No obstante, en lo práctico, principalmente los cargos de mayor jerarquía (presidente, gobernador) y a veces otros menores, suelen responder a la elección personal de quien empuña el bastón de mando.

A poco menos de cinco meses de las primarias abiertas, se aguardan las preferencias de la Presidenta: ¿Randazzo? ¿Scioli? ¿Otro? Ya no el PJ, sino el FpV, cree en el dedo mágico. ¿Por quién se inclinará CFK?

En nuestra provincia ocurre algo similar con la candidatura a gobernador. Se conocen las aspiraciones de Bahillo, Bahl, Bisogni, Bordet, Cáceres, Lauritto, Schunk, Solanas y puede haber alguno más. Urribarri ha manifestado prescindencia, pero muchos dudan porque los antecedentes indican lo contrario.

El método de la timba
No todos aceptan ciertas desviaciones. El ex senador justicialista Raúl Taleb, en agosto de 2013, al fundamentar su decisión de retirarse de la actividad política explicó, entre otras razones, que “no me gusta que me elijan los candidatos a dedo”.

En la misma línea se ubicó al cerrar el año último nada menos que el ministro de Educación, José Eduardo Lauritto.”Es hora de internas en el PJ; si nadie las pide es porque aceptan que los candidatos se elijan a dedo”, protestó.

Lauritto sabe lo que son estas cosas. Ha experimentado las vueltas y revueltas del poder ejercido caprichosamente. Fue vice de Urribarri en el,período anterior (2007-2011), ambos designados entonces por otro dedo, el de Jorge Busti. La reforma constitucional (2008) autorizó la reelección continuada por un período. Estaba cantada la reiteración de la fórmula. Sin embargo, la situación no se presentaba muy clara en Paraná. Entonces Urribarri lo reemplazó por José Cáceres, de indudable gravitación en varios barrios de la capital provincial y en el ambiente deportivo.

Como Lauritto no podía quedar afuera sin que se aflojaran resortes partidarios, el gobernador lo indemnizó con la candidatura a diputado provincial, encabezando la lista. No fue sencillo, porque esto requirió la modificación de la nómina de candidatos, cuyo ordenamiento ya se había dispuesto mediante un método original, pese a su primitivismo político: el bolillero.

En realidad no hubo bolillero, sino papeles en una bolsita. En fin, la timba. Cuesta creerlo. De todos modos así fue. La democracia embolsada. De esta manera, al cabo de una cena servida en su casa a principios de 2011, Urribarri ordenó por sorteo la lista de los actuales diputados oficialistas.
Varios de ellos eran intendentes que concluían su segundo período continuado y no podían ser reelectos según la nueva Constitución (art.234). Hubo un curioso planteo de inconstitucionalidad de la Constitución por parte de 13 intendentes empeñados en seguir contra viento y marea. La Justicia lo desestimó. Una forma de retribuir este tropiezo -a juicio del gobernador- fue promoverlos a diputados. ¿En qué orden? El que disponga la ruleta.

Todo puede el bastón
Sin embargo, hubo modificaciones. La timba favoreció con el número 1 a Hugo Marsó, intendente de Colón. Cuando se presentó la necesidad de compensarlo a Lauritto por haber quedado afuera de la fórmula, Urribarri creó para Marsó el Ministerio de Turismo y colocó a Lauritto encabezando la lista de diputados provinciales.

Gran solución permitida por la nueva Constitución. La anterior limitaba a tres los ministerios. A quien no entró por sorteo -Javier García, intendente de Chajarí- le ideó un nuevo ministerio, en este caso de Planificación.

Necesitaba el gobernador otra promoción por razones políticas. Entonces apareció el Ministerio de Educación, poco justificable, pues existe en la provincia desde principios del siglo XX y con rango constitucional, el Consejo General de Educación. Nombró ministro a Lauritto, quien entonces renunció a su banca

El plan consistía en cubrir la vacante con Adela Esparza, hija del recordado y respetado “Gallego” Juan Carlos Esparza, dirigente histórico del peronismo, ex intendente de Paraná (1973-76), preso de la dictadura, fallecido en 2005. Sin embargo, pese a seguir en la lista, la Justicia electoral cuestionó a Adela sosteniendo que su designación lesionaba la ley de equidad de género. Ingresó entonces Edgardo Jakimchuk. A renglón seguido, Urribarri creó el Ministerio de Desarrollo Social, cuya conducción confió a Carlos Ramos, hijo de Adela Esparza. Y todos en paz.

El gobernador está convencido de que su bastón derriba murallas y su dedo es mágico. Poco menos de 200.000 afiliados sostienen el PJ en Entre Ríos, pero decide uno solo. Así se confirmó con los legisladores nacionales. Lo veremos en la próxima nota.

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