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Con motivo del Día Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa Francisco hizo su primer viaje internacional a América Latina. El pontífice argentino aterrizó
el lunes 22 en suelo brasileño, donde permaneció hasta el domingo. Las estimaciones sugieren que alrededor de 800 mil turistas visitaron Río de Janeiro, totalizando una audiencia de dos millones de personas en los distintos eventos.
Al llegar a Brasil, Francisco fue recibido por la presidente Dilma Rousseff, quien le dio la bienvenida y afirmó que es una honra para el pueblo brasileño acoger al jefe supremo de la Iglesia católica, sobre todo por ser el primer papa latinoamericano. En los discursos que dio a lo largo de su recorrida, Bergoglio demostró confianza en los jóvenes, a quiénes incentivó a colocar su fe en Cristo. También se refirió a temáticas sociales, y aun políticas en sus mensajes; entre ellas, la postura de la
Iglesia en contra de la política de liberación de las drogas, que ha ganado terreno en América Latina. Según el socialista y comentarista maringaense Gilson Aguiar, la cuestión de las drogas tiene sus particularidades en Brasil, ya que es grande el número de jóvenes en situación de riesgo por el acceso a drogas legales e ilegales. “Este es un tema que genera varios problemas sociales no sólo en Brasil sino también en diversos países, y merece
ser debatido, incluso con ayuda de la Iglesia”, advirtió. El Papa identificó, asimismo, los problemas relacionados con la educación y la corrupción
como factores a combatir. Y con su aire de humildad, de proximidad a la población y de desapego a los bienes materiales, promovió la reflexión
sobre el mal del consumismo y el rescate de los valores éticos y sociales. “Muchas veces, los jóvenes adquieren bienes superfluos para sentirse
incluidos en la sociedad. La posición del pontífice, diferenciada en relación con la de otros papas, tiene un papel relevante a la hora de provocar la reflexión y cambios positivos de mentalidad”, dice Gilson Aguiar.
El sociólogo maringaense añade que hay otros temas que también deberían ser discutidos, tales como la sexualidad, el control de natalidad, la homoafectividad, entre otros. “Estos temas siguen siendo tabús dentro de la Iglesia católica, pero recorren la vida de los jóvenes de manera intensa. No discutirlos es correr el riesgo de no posicionarse frente a la juventud”, comenta.
Para el joven maringaense Daniel Fabricio Zampieri, que fue a Río de Janeiro para participar de la JMJ, la experiencia de estar entre los millares de peregrinos ha sido muy valiosa, en especial por permitirle sentir el espíritu de unidad reinante entre tantas personas de diferentes países. “Es hermoso ver cómo la reflexión sobre todas esas cuestiones se da en un clima de fuerte unión. Aquí, nos damos cuenta de que en todo el mundo hay gente que comparte la misma fe. Esto nos fortalece y nos renueva”, manifestó

* La autora, periodista con posgrado en Comunicación, fue integrante del Grupo de Estudios de la Fundación Rotaria que visitó nuestra ciudad en mayo pasado.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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