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Por Adrián Pino.

Es un ejemplo más de la improvisación y la falta de planificación que siguen las políticas públicas del Gobierno Municipal. A pocos días de que la empresa constructora Lemiro Pietroboni entregue la obra de la Isla del Puerto, nadie sabe quién se hará cargo del control, mantenimiento y explotación del emprendimiento.

Una inversión millonaria
No se trata de una iniciativa menor. La obra ha demandado cerca de $250.000.000 de inversión pública (aunque en las últimas semanas han tratado de instalar la idea que la obra sólo costó $150 millones). Cuenta con un puente que conecta la ciudad con la (ex) Isla, una avenida asfaltada de doble vía que la recorre hasta el extremo norte con una rotonda cercana al Faro de la Stella Maris, una amplia calzada que permitirá caminar de cara al río y dos paradores con sus respectivos cuerpos de sanitarios que brindan la infraestructura necesaria para los 1400 metros de playa. También cuenta con una sólida defensa contra las inundaciones que alcanza una cota de 9 metros, que permitió proteger el desierto emprendimiento mientras los vecinos del barrio Cantera 25 debieron abandonar sus casas ante la inundación dos veces en lo que va de este año.
Concepción TV
Inicialmente el proyecto iba a costar $92 millones pero, como suele ocurrir en el escenario de las obras públicas provinciales, los sobreprecios, la inflación y las demoras elevaron al doble el costo final del proyecto. A ese total, se agregó una partida extraordinaria de $50 millones extra “para completar los trabajos pendientes”, que incrementa el valor total a una cifra que roza los $250 millones.

Una obra sin dueño
La empresa constructora anunció que para los primeros días de diciembre entregará la obra terminada. Aunque parezca ilógico, a menos de 15 días de terminarse los trabajos y después de más de tres años de trabajo, fue en la última semana que el Intendente Carlos Schepens se acordó de preguntar de quién va a depender la obra, cuál será la injerencia del Municipio y quién se hará cargo de administrar el lugar. En una confesión llamativa, el Director Municipal de Turismo, Fernán Galotto, reconoció esta semana en Radio Franca que “no tenemos información al respecto. No estamos muy informados de cómo se administrará". El funcionario que tiene a su cargo los recursos turísticos de la ciudad también admitió que “no sabemos quién va a mantener y sostener esta gran obra de infraestructura para la ciudad. En ese sentido estamos bastante desinformados al respecto”.
La situación no hace más que confirmar el nivel de improvisación de un Gobierno Municipal que sabe hace al menos un año que para esta temporada el proyecto de la Isla iba a estar terminado. Y sin embargo, optó por despreocuparse del tema. Ahora desde la gestión municipal intentan subsanar el tiempo perdido tomando decisiones apresuradas y contrareloj ante el inminente inicio de la temporada y el interés de los uruguayenses por visitar y disfrutar de la millonaria inversión que pagaron todos los entrerrianos. Entre las indefiniciones, ni siquiera se conoce si la obra dependerá de la Provincia (propietaria de la Isla) o del Municipio. Tampoco está definido si el acceso público será gratuito o se cobrará entrada para poder recorrer un espacio público que se pagó con la inversión de todos los ciudadanos.

Una obra polémica
Impulsada por el actual ministro de Educación José Lauritto, la obra de la Isla del Puerto ha generado polémica desde sus inicios. La resistencia de la Asamblea Ambiental por la devastación forestal y la afectación a uno de los últimos humedales de Entre Ríos y la queja generalizada por invertir cifras millonarias en un proyecto que no estuvo contemplado en ningún plan de desarrollo urbano de la ciudad, mientras la falta de agua, cloacas y gas natural aparecen como demandas prioritarias de los diferentes barrios de Concepción del Uruguay. Las diferentes posiciones respecto del proyecto están contenidas en un documental en el que se escuchan todas las voces.
Documental Isla del Puerto
Más allá de los espejitos de colores que seguramente brillarán los primeros días de la inauguración, no se borrarán las imágenes de una isla defendida contra el avance de las aguas mientras los vecinos se inundan, ni el aporte a solucionar los problemas de agua potable que podrían haberse afrontado antes que desembolsar estas cifras millonarias en una obra faraónica.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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