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Visita guiada por el cementerio de la Recoleta.
Visita guiada por el cementerio de la Recoleta.
Visita guiada por el cementerio de la Recoleta.
Los medios televisivos y otros que se le asemejan, pretenden convertir todo en un espectáculo, cada vez de más baja estofa. Ello es confundir la vida, que a todos nos hace vibrar y hasta nos duele, en una suerte de película interminable que vemos pasar ante nuestros ojos. Así se da el caso horripilante que la caja boba nos muestre el asesinato de una madre y sus dos hijos, no más que chiquilines, mientras le pegamos un mordisco a la hamburguesa.

Alguna vez a nuestras fuerzas armadas, transformadas en imitadoras inadvertidas de semejante estropicio, se las ha visto representar episodios de las luchas de la independencia, imposibilitadas como están, por falta de recursos, de ejercitarse para el cumplimiento de su función específica.

Algo totalmente distinto son las conocidas como "noches de los museos", que el abrir en ese horario gratuitamente a la población de nuestras grandes ciudades, se ha transformado en un exitoso fenómeno cultural. Al que resulta claro que, más allá del empeño que se muestra al pretender copiarlas, nuestras pequeñas ciudades carecen de una masa crítica para repetir con la necesaria seriedad esa experiencia.

A la vez, en este mundo lleno de sorpresas, no resulta verdaderamente extraño que en la ciudad de Buenos Aires se hayan comenzado a efectuar visitas nocturnas guiadas al cementerio de La Recoleta, dando lugar a un espectáculo casi macabro del que no se pueden, por razones obvias, escandalizar los allí yacentes, pero que ha provocado lógicas reacciones en quienes ven una profanación escandalosa de los sepulcros de sus muertos queridos, convertidos en un ingrediente principal de un tenebroso tour turístico.

Solo falta que en nuestra ciudad capital a algún funcionario se le ocurra poner puestos de ventas de choripanes y bebidas gaseosas, como forma de que quienes pasean entre la callecitas de la necrópolis puedan tomarse un respiro que amenice la visita.

Existen quienes, extremando las cosas de manera de reducirlas al absurdo, especulan hasta donde no resultaría de interés armar un anfiteatro de manera que los participantes de otro tour, puedan presenciar una operación quirúrgica compleja, que un equipo de cirujanos practica en el cuerpo de un paciente, del que si no se puede decir que no las tiene todas consigo, es porque está sometido a los efectos de la anestesia.

Una ocurrencia que no debe provocar temores en la mayor parte del territorio de la provincia, ya que así como existen localidades en que a una parturienta le resulta imposible dar a luz, por no contarse con una salita de salud en condiciones de atenderlas, algo que otrora llevaban a cabo exitosamente sabias y a la vez pacientes comadronas, son muchas las localidades en las cuales tampoco resulta posible efectuar operaciones quirúrgicas de mayor envergadura.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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