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Los naturales de Villa Elisa muchas veces vemos noticias en los medios y decimos: "¡Ha de ser en la otra Villa Elisa!" o pensamos que pasó en nuestra Villa Elisa, como ocurrió hace unos meses con la noticia en Facebook de una boa encontrada en un baldío, sin percatarse nadie que eso ocurría en Paraguay y esto nos trae a colación que existen varias ciudades con el mismo nombre con que don Héctor de Elía engalanase la nuestra y traen consigo mismas un análisis del por qué de su nombre.

En Argentina existen tres localidades llamadas así, luego hay una en el Uruguay y la restante en Paraguay, a la cual haré mención en esta ocasión.

Paraguay, con su población muy limitada en brazos para el trabajo luego de la Guerra de la Triple Alianza, con su demografía tan impactada por el largo evento bélico, busca en la inmigración su recuperación socioeconómica, dándose lugar a proyectos inmigratorios muy interesantes: desde enclaves de colonias de gobierno de socialismo utópico, hasta colonias capitalistas liberales.

En esta región (en tierras del Estado) entre 1880 y 1890 se funda la Colonia Belga del Mbocayaty, a la que se suman franceses e italianos. La colonia se dedica a la agricultura y a la fruticultura, hasta que con el paso de los años los belgas abandonan la colonia para establecerse en Asunción, quedando en las chacras los italianos y franceses.

El Estado paraguayo, al ver el declive de la colonia, decide otorgar estas tierras en 1893 a don Emilio Johannsen, un colonizador danés que trae a Paraguay a vivir a cientos de familias escandinavas y alemanas.

Con la nueva administración de la colonia por Johansen viene un cambio de nombre a la misma, la cual deja de ser Mbocayaty y es rebautizada como Colonia Elisa, en honor a su esposa, la aristócrata alemana Elisa von Poleski, que vivió en la ciudad que bautizaran en su honor.

A nivel regional se produce una mejora en la agricultura, en la demanda externa y en sus precios; Colonia Elisa producía por ese entonces vegetales como porotos, mandioca, alfalfa, maíz, tabaco, bananas, piñas, caña de azúcar y también gran cantidad de carbón vegetal para su exportación. La corta distancia con la capital y la cercanía con el río Paraguay sellaron la suerte de la colonia.

El matrimonio fundador se componía por el contador danés Carl Emil Johannsen, quien en la Nación guaraní llegó a ser director del Banco de Paraguay antes de abocarse a la colonización y de casarse en 1889 con Elisa, una ciudadana prusiana.

El matrimonio se abocó a crear en esta colonia las principales instituciones y tanto Emilio como Elisa son recordados en calles, plazas y colegios.

En la actualidad, Villa Elisa cuenta con una pujante destilería de petróleo de la empresa estatal PetroPar y un sector industrial muy destacado.

Muchos de los eliseños concurren a diario a Asunción, a unos 16 kilómetros, a trabajar.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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