Se trata de un compositor, director de orquesta y escritor austríaco que, perseguido por el nazismo, en 1938 emigró a nuestro país y que después de ello por treinta y cinco años deambuló por ambas orillas del Río de La Plata. En nuestro país dirigió la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, el Teatro Colón y el Coro Juvenil de Radio Nacional.
De su paso por el Uruguay, dejó la siembra de coros juveniles por todo su territorio. Decía que el coro era la forma más humana y menos costosa de expresarse musicalmente.
Lo primero no solo por lo que el canto significa, sino por cuanto es más que doblemente gratificante cuando se está ante una comunidad de voces, que suenan como algo más que una orquesta. Lo segundo, porque el coro exige tan solo de voces buenas y comprometidas y de la dedicación de un director apasionado por su quehacer.
De allí, que el interesante proyecto del senador departamental, Pablo Canali, enderezado a difundir el canto coral en nuestras escuelas resulte un impensado pero a la vez espléndido homenaje a Kurt Pahlen, que, de concretarse, será una importantísima contribución a nuestro desarrollo cultural.