En septiembre de 1874 es confirmado por la municipalidad como miembro de la comisión encargada de la colecta de fondos destinados a la construcción del cementerio y también fue nombrado como miembro de la comisión examinadora que evaluaba las ayudantes propuestas para las escuelas.
Como dato curioso en su trayectoria sabemos, a través de múltiples notas en actas del Concejo y en los libros de Correspondencia de la época, que compartía inquietudes y comisiones de trabajo junto a Dalmiro Seoane: en febrero de 1876 la municipalidad tomó en consideración una solicitud presentada por ambos en la que pedían una subvención de 25 pesos fuertes mensuales para la escuela particular de Varones que varios padres de familia trataban de fundar en esta ciudad. Hacia 1878 ambos son miembros del Concejo de Administración.
En abril de 1877, y en el contexto de la aparición de la fiebre amarilla en el norte de Brasil, con carácter epidémico y alarmante, la municipalidad nombra a Pedro Noaylles como miembro de la comisión de salubridad. El 11 de octubre del mismo año es elegido Vicepresidente municipal, acompañando en esta ocasión a Francisco Crepy, quien resultó electo como Presidente.
En marzo de 1878 es elegido para ocupar la intendencia de Colón, puesto que ocupará en forma breve hasta mayo del mismo año, momento en que solicita se acepte su renuncia al cargo. En este período es vicepresidente municipal Juan Vazón y ocupa el cargo de secretario Herminio de Quirós.
En este corto período, en que Noaylles ocupa la presidencia municipal, se llevan a cabo diferentes tareas que escenifican las necesidades de la época: se sanciona un acuerdo sobre la construcción de un nuevo templo en la plaza de la Colonia San José y se acuerda la compra de un terreno para la construcción de un Corral de Abasto en la plaza de la Colonia, puesto que la locación primitiva se constituyó en un terreno de la viuda del General Urquiza, destinándose la cantidad de 300 pesos fuertes para cubrir dichos gastos.
A fines de abril de 1878 Noaylles envía una carta al Jefe político del Departamento, Don Ramón Alzugaray, en la misma le informa que Hallándose en compostura la calle América (hoy 12 de Abril) y siendo necesario para su inmediata realización el mayor número de obreros posible, pido a Ud. se sirva ordenar que se pongan a disposición del Sr. Municipal Dalmiro Seoane, director de dichos trabajos, los presos habilitados con que cuente esa repartición desde el próximo Lunes 29 del corriente. Al efecto esta municipalidad les suministrará a los presos en ocupación el alimento diario que les sea preciso mientras duren los trabajos.
En estos dos meses en que Noaylles se desempeña en el cargo de Presidente municipal se puede apreciar la intensa labor que llevaba adelante la corporación y en la que existió, aún con escasez de recursos, una sólida voluntad para dotar a estas tierras de todo lo necesario para su desarrollo. Sin duda, las preocupaciones fundamentales en este final de siglo se relacionan con la construcción de edificaciones básicas: cementerios, templos, arreglos de caminos y calles, organización de corrales entre otros, pero también la problemática de la instrucción pública ocupa un lugar preponderante en la labor de la corporación, de hecho, la instrucción pública estaba a cargo de las autoridades municipales. Esta situación se mantuvo hasta la promulgación de la Ley Provincial del 29 de mayo de 1882, en virtud de la cual, el Gobierno Provincial se hace cargo de la educación en todo el territorio de la provincia de Entre Ríos. No obstante, los municipios no llegaban a desentenderse de la cuestión educativa.
Pedro M. Noaylles era de origen italiano, llegó a Colón, proveniente de Buenos Aires, seguramente tiempo después del primer censo nacional de 1869, puesto que no figura entre los censados del departamento. El censo de 1875 revela que en ese momento contaba con 39 años, estaba casado con Teresa Raggio de 26 años, oriunda de Corrientes. Tuvieron seis hijos, tres de ellos nacidos en Corrientes, uno en Buenos Aires y los dos más pequeños nacidos en Colón.
Perteneció a la Logia Masónica Cristóbal Colón desde sus mismos inicios: el 5 de marzo de 1876 fue nombrado en el cargo de 2º Vigilante, con grado 18.
Finalmente, el 22 de octubre de 1878, la municipalidad informa a Noaylles que su renuncia del cargo de municipal titular ha sido aceptada.
