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-¿En qué año y de qué manera surge el proyecto de crear un barrio industrial y comercial?

La Asociación para el Desarrollo tenía un predio de once hectáreas que se había adquirido en el año 2000 que queda camino a Colonia Hocker, a cuatro kilómetros y medio de la iglesia de nuestra ciudad. A partir de ahí surgió la idea de crear un parque industrial y se le vendió en 2006 una hectárea a la Cooperativa Apícola, donde montaron una sala de extracción modelo con distintos financiamientos que fueron consiguiendo y ahora exportan desde ahí. Después me sumo yo a la propuesta invitado por el concejo de administración de la Asociación para el Desarrollo con la idea bien definida de crear el parque industrial, pero nos pusimos a investigar sobre las legislaciones vigentes y nos dimos cuenta que por las dimensiones del predio, al ser muy pocas las hectáreas, era inviable. Al mismo tiempo veíamos que se acrecentaba la problemática dentro de la organización urbana de aquellos talleres, depósitos y camiones que generan conflictos y molestias para los habitantes de la localidad, entonces se pensó en modificar la idea del parque industrial para hacer un área o un barrio industrial y comercial como terminó siendo, en el cual se relocalicen o instalen determinadas industrias secas, como se determinó desde la Universidad Nacional de Entre Ríos en un estudio de impacto ambiental que se hizo. Así fue que se procedió a un loteo que estuvo a cargo del ingeniero Sebastián Favre y del agrimensor Pablo Ramat, quedando 48 lotes de dimensiones bastante amplias que van desde los 1000 y hasta los 1400 metros cuadrados. Ahí fijamos un precio promocional porque en principio teníamos loteado pero sin los servicios, entonces hicimos una venta previa logrando en 2012 firmar el primer boleto de compraventa con la empresa Aberturas Abril.

-¿Cuáles fueron las obras necesarias para ponerlo en funcionamiento?

Se empezó a trabajar en las obras de servicios comunes que fueron el marcado de calles y el afirmado con broza, la red de agua interna a partir de una perforación que permite que cada lote tenga su tanque y su llave de paso, el tendido eléctrico con dos transformadores y también se planificó qué industrias debían estar cerca de los transformadores que son las de mayor consumo de energía, mientras que se dejaron para el depósito de maquinarias agrícolas y de camiones los lotes que están más alejados de los transformadores, pero de todos modos por la potencia que tienen puede haber tranquilamente un taller instalado en el otro extremo. Después de haber culminado esas obras, se hizo un cerco olímpico perimetral como también estaba establecido. Recordemos que todo esto fue con el aval del Concejo Deliberante que, a través de una ordenanza del 2010, autorizó a desarrollar este barrio y después en 2012 sancionó otra importante legislación dando beneficios como la exención del pago de la tasa municipal, de construcción y de comercio y profilaxis, para incentivar a que la gente quiera trasladarse al barrio.

-¿Qué tan regional es el barrio industrial y comercial, teniendo en cuenta que depende de la Asociación para el Desarrollo de Villa Elisa y Zona?

El barrio está abierto incluso para personas que no sean de la región, pero sí existe un reglamento en el cual se prevé que ante dos solicitudes por el mismo terreno siempre va a tener prioridad aquel que esté radicado en Villa Elisa y si los dos están radicados acá tendrá prioridad el que genere mayor mano de obra, que compre local o que exporte su producción. Hay un orden de prioridad, pero hasta el día de la fecha no fue necesario recurrir a eso porque se previó en el caso de que existiera una demanda alta de lotes y específicamente por un mismo lote. En verdad, se abrió bastante el paraguas y de hecho una de las empresas que ya está trabajando, que es una venta de maderas para la construcción, era de Colón y vio la posibilidad de trasladarse para acá y está trabajando muy bien en los dos lotes que adquirió. El otro día nos comentaban que nunca habían pensado en la importancia de trabajar en un barrio industrial y comercial porque le resulta realmente muy cómodo porque cuando estaban en el centro urbano tardaban tres horas para descargar un camión, por ejemplo. También ya está trabajando Arenera Lugrín que hoy por hoy tiene una planta hormigonera que hizo las primeras producciones, pero por ahí hay algunos que vienen un poco demorados con el tema de la construcción pero cada uno se compromete a realizar alguna obra para instalarse ahí confeccionando una declaración jurada para presentar ante la Asociación para poder establecer sus pautas de radicación con sus actividades, sus tiempos y una planificación en el tiempo.

-¿Tienen algún lugar donde lavar camiones y maquinarias pesadas dentro del predio?

En el barrio hay un lote de servicios, que en un futuro también funcionará como sede del consorcio, donde se dispuso la construcción de un lavadero de camiones y maquinarias agrícolas que ya se encuentra concesionado y funcionando desde hace unos meses. Contiene una cámara de filtrado y de rotulación de agua para evitar que el recurso se derrame por el lugar y pueda ser reutilizado para continuar con el lavado.

-¿Cómo funciona el consorcio?

Está integrado por un miembro de la Asociación para el Desarrollo y cinco propietarios del barrio. Hoy funciona como una comisión administradora para ir decidiendo sobre obras de infraestructura que creen convenientes o sobre el ordenamiento porque ya hay un reglamento interno del barrio que establece, por ejemplo, que no se debe estacionar en las calles sino que cada uno debe estar dentro del lote de su industria para evitar problemas de tránsito en el barrio, también que cada propietario debe tener su propio tanque de agua, cámara séptica y debe llevar los residuos al lote de servicios donde va a haber un contenedor exclusivo para cada tipo de industria. Este reglamento se hizo de antemano a la puesta en funcionamiento del barrio, así que ahora pueden ir presentando otras ideas o inquietudes para completarlo.

-¿Se siguen concretando averiguaciones y transacciones de algunos lotes?

Actualmente hay alguna que otra consulta pero es como que en un primer momento la preventa que se hizo fue bastante exitosa y luego se frenó un poco la venta de lotes. El otro día hablaba con un emprendedor que está en el barrio y me comentaba sobre la tranquilidad con la que trabaja y pensaba en talleres y empresas que están radicadas en la planta urbana y que generan problemas en el tránsito e incluso en ellos mismos que no trabajan de manera cómoda porque no pueden descargar o tienen que ingresar maquinaria pesada, lo cual se les complica mucho por una cuestión de seguridad. No te das cuenta de las ventajas y la comodidad con la que se trabaja en el barrio hasta que no estás instalado ahí, porque es un lugar que está pensado exclusivamente para que sea un barrio para trabajar y para producir. De hecho, está prohibida la construcción de viviendas.

-¿Ustedes salen a ofrecerlo y difundirlo de alguna manera?

Sí, se hace una difusión a través de los medios. De todos modos, a fin del año pasado se hizo un relevamiento de las industrias madereras y metalmecánicas para ver qué necesidades tenían de capacitación y financiamiento para ver de qué manera nosotros podíamos brindarle una solución. Esto fue por medio de una encuesta calle por calle de nuestra ciudad que hicieron los estudiantes de 2º año de la tecnicatura superior en gestión de pequeñas y medianas empresas de la Escuela Normal, con quienes tenemos firmado un convenio de trabajo. Una de las preguntas de la encuesta era si sabían de la existencia del barrio y el 100% de las respuestas fueron positivas, o sea que está plantada la idea en la comunidad. Siempre se están difundiendo los precios que son muy accesibles y visitando algunos talleres para interesarlos. Estamos hablando de que un metro cuadrado sale $100, así que hay que sacar la cuenta que por $100.000 uno puede tener un lote de mil metros cuadrados con doble acceso porque así fue planificado el barrio, que puedas entrar a tu lugar por medio de dos calles para facilitar las maniobras. Existe un plan de financiamiento que es con una entrega mínima de $20.000 que tienen la posibilidad de pagarlo en dos años en cuotas mensuales de $2.500 que es mucho menos de lo que se paga por el alquiler de un galpón.

-¿Entonces falta previsión o por qué no se aprovecha esta oportunidad?

Yo pienso que es por una cuestión de comodidad del que está trabajando en su casa, pero realmente va a trabajar cómodo cuando se mude para allá porque, por ejemplo, puede trabajar haciendo ruido en horario nocturno si no llega a terminar un trabajo, cosa que estando en la planta urbana no puede hacer.

-¿Por qué recomendás adquirir un lote y trasladarse?

Porque es un barrio aprobado por ordenanza que por perpetuidad va a estar ahí y va a poder planificar su producción a futuro en terrenos realmente amplios. Estando ahí los costos son más bajos y los clientes que tienen actualmente los van a seguir visitando, que es uno de los argumentos que por ahí anteponen, ese miedo a que la gente no quiera salir un poquito de la ciudad y hacer 2,7 kilómetros. Eso es un prejuicio más que una realidad pienso yo porque lo experimento y no resulta así. A su vez, hoy por hoy con el tránsito que hay, atravesando la ciudad de una punta a la otra demorás más que en ir hasta el barrio. Tampoco es lo mismo estando en la planta urbana que en un barrio industrial y comercial a la hora de, por ejemplo, contratar un sereno entre todos o gestionar la pavimentación del camino y el gas natural, como ya se está haciendo. Hay que producir de manera cómoda y eficiente, pensando en el futuro. El barrio está pensado para que se instalen a trabajar y no para que inviertan como una especulación inmobiliaria por los bajos costos que tiene.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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