Se trata de la 25ª edición de esta multitudinaria muestra de fe -el año pasado se suspendió por el clima-, que comenzó como una hazaña de agradecimiento en 1991 de un alcohólico recuperado y su familia, que a través de los años se fortaleció en participación y organización.
La peregrinación es programada anualmente por las parroquias que integran la zona sur de la Diócesis de Concordia y cuenta además con la adhesión de decenas de personas que se incorporan a caminar independientemente desde las distintas colonias y localidades vecinas, sumando intenciones, promesas y agradecimientos por distintas causas. Por primera vez, este año la peregrinación no se realizó en vísperas de la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Medalla Milagrosa como siempre ocurrió -está programada para el último fin de semana de noviembre-, ya que se busca que quienes caminaron durante toda la noche puedan celebrar su aventura en otra fecha.
También estaba previsto que a las 5.30 de la madrugada saliera desde Villa Elisa un grupo de ciclistas para llegar a destino junto a los peregrinos y participar de las misas que celebraría el obispo, monseñor Luis Armando Collazuol, para ambos grupos.